René Char
(1907 L’Ile Sur Sorgue / 1988 París)
¡Hiciste bien en partir, Arthur Rimbaud!
Tus dieciocho años refractarios a la amistad, a la perversidad, a la necedad de los poetas de Paris, al ronroneo de abeja estéril de tu familia un poco loca, Tus dieciocho años, hiciste bien en desparramarlos a los vientos de alta mar, en arrojarlos bajo el filo de su precoz guillotina. Tuviste razón en cambiar el bulevar de los perezosos, los cafetines de los poetastros, por el infierno de las animales, por el comercio de los astutos y el buen día de los simples.
¡Ese ímpetu absurdo del cuerpo y del alma, esa bala de cañón que alcanza su blanco haciéndolo estallar, claro que sí, eso es la vida de un hombre! No se puede al salir de la infancia, estrangular indefinidamente al prójimo. Si bien los volcanes cambian poco de lugar, su lava recorre el gran vacío del mundo y le otorga virtudes que cantan en sus playas.
¡Hiciste bien en partir, Arthur Rimbaud ! Somos unos cuantos los que creemos sin pruebas la felicidad posible contigo.
Los encajes de Montmirail
En la cima del monte, entre los guijarros, las trompetas de tierra cocida de los hombres de las viejas heladas piaban como aguiluchos.
Por un dolor recio, si dolor hay
La poesía vive de insomnio perpetuo
Parece que es el cielo quien tiene la última palabra. Pero la pronuncia tan quedo que nadie la oye nunca
No hay repliegue, tan sólo una paciencia milenaria sobre la cual nos hemos apoyado.
Dormid desesperados, pronto vendrá el día, un día de invierno.
Sólo tenemos un recurso con la muerte, hacer arte antes que ella
La realidad no puede ser salvada sino sublevándola.
En época de penuria y de improvisación, a algunos se les quita la vida por una noche, a otros por la eternidad: un canto de alondras de las entrañas.
La busca de un hermano significa casi siempre la búsqueda de un ser, nuestro igual, a quien deseamos ofrecer trascendencias cuyos signos apenas terminamos de enderezar.
Tumba proba: una gavilla de trigo. El grano al pan, la paja al estiércol.
Mirad una sola vez la ola echar el ancla en el mar
Lo imaginario no es puro, no hace más que pasar.
Los grandes se perpetúan sólo por los grandes. Olvidamos. Sólo la medida resulta herida.
¿Qué nadador es ése que no sabe deslizarse enteramente bajo las aguas ?
Con puños para golpear hicieron pobres manos para trabajar.
Las lluvias salvajes favorecen a los caminantes profundos
Lo esencial es lo que nos escolta, en tiempo debido, alargando el camino. Es también una lámpara sin mirada, en la humareda.
La escritura de un azul faro, apresurada, dentada, intrépida, del Ventoux de mi niñez, a cada momento nuestro amor me arrancaba, me llevaba.
Vestigios de reyes de inexpugnable ferocidad
Las nubes tienen intenciones tan cerradas como los hombres.
No es el estómago quien reclama la sopa bien caliente, es el corazón
Sueño sobre la llaga semejante a sal.
Una ingerencia innominable ha quitado a las cosas, a las circunstancias, a los seres, su azar aureolado. No hay advenimiento para nosotros que surja de esta aureola. Ella no inmuniza.
Esta nieve, la amábamos, no tenía camino, descubría nuestro hambre.
Aforismos
El fruto es ciego. Es el árbol que ve.
La lucidez es la herida más cercana al sol
Hoy, entre el mundo de la realidad y yo, no hay espesor triste
Es cuando estás ebrio de pena, que ya no tienes más pena que el cristal.
Traducción : Gustavo Aguirre, Javier Zugarrondo (1998), revisión José Muchnik (2008)
Ghérasim Luca
(1913 Bucarets-1994 París)
Fragmentos de "El inventor del amor"
Corre
de una sien a otra
la sangre de mi suicidio virtual
negra, vitriólica y silenciosa
Como si de verdad me hubiera suicidado
día y noche atraviesan las balas
mi cerebro
arrancando las raíces del nervio
óptico, acústico, táctil
-esos límites-
y expandiendo por el cráneo
un olor a pólvora quemada
a sangre coagulada y a caos
Con singular elegancia
llevo sobre mis hombros
esta testa de suicidado
que de un lugar a otro pasea
una sonrisa infame
que en un radio de varios kilómetros
emponzoña
la respiración de los seres y las cosas
Visto con distancia
se diría de alguien abatido
por una ráfaga de metralleta
Mi paso incierto recuerda
al del condenado a muerte
al de la rata de campo
al del pájaro herido
Como el equilibrista
sujeto a su sombrilla
me aferro
a mi propio desequilibrio
Sé de memoria
esos desconocidos caminos
que puedo recorrer
con los ojos cerrados
Mis movimientos
no tienen la gracia axiomática
del pez en el agua
del buitre y del tigre
parecen desordenados
como todo lo que se ve
por vez primera
Me siento obligado a inventarme
un modo propio de desplazamiento
de respiración
de existencia
en un mundo que no es ni agua
ni aire, ni tierra, ni fuego
cómo saber de antemano
si uno ha de nadar
volar, caminar o arder
Al inventar el quinto elemento
el sexto
me veo obligado a revisar mis tics
mis costumbres, mis certezas
pues pretender pasar de una vida acuática
a otra terrestre
sin modificar el funcionamiento
del aparato respiratorio
es la muerte
La cuarta dimensión (5ª, 6ª, 7ª, 8ª, 9ª)
el quinto elemento ( 6º, 7º, 8º, 9º, 10º, 11º)
el tercer sexo (4º, 5º, 6º, 7º)
Saludo a mi doble, a mi triple
Me miro en el espejo
y veo un rostro cubierto de ojos
de bocas, de orejas, de marcas
Bajo la luna
proyecta mi cuerpo una sombra
una penumbra,
una zanja
un lago sereno
una remolacha
Estoy francamente irreconocible
Beso a una mujer en los labios
que ignora
si ha sido envenenada
encerrada mil años en una torre
o si se ha quedado dormida
con la cabeza apoyada en la mesa
Todo debe ser reinventado
en el mundo ya no hay nada
Ni siquiera las cosas
de las que no se puede prescindir
de las que parece
que depende nuestra existencia
Ni siquiera la amada
esta suprema certeza
ni su cabellera
ni su sangre que con tanta voluptuosidad
extendemos
ni la emoción que desata
su sonrisa enigmática
cada tarde a las 4
(las 4
número prefijado
que bastaría para poner en duda
nuestros postreros abrazos)
todo
absolutamente toda iniciativa humana
tiene ese carácter
reductor y premeditado
del número 4
incluso ciertos encuentros fortuitos
los grandes amores, las súbitas
y grandes crisis de conciencia
Veo la mugrienta sangre del hombre
cubierta de relojes, de registros
de amores estereotipados
de complejos fatales
de límites...]
Traducción Eugenio Castro
Aimé Césaire
(1913-2008 Martinica)
Cuaderno de un retorno al país natal
( fragmento)
Partir.
Así como hay hombres-hiena y hombres-pantera, yo
seré un hombre-judío,
un hombre cafre
un hombre-hindú-de-Calcuta
un-hombre-Harlem-sin-derecho-a-voto
El hombre-hambre, el-hombre -insulto, el hombre-tortura
se le podría
prender en cualquier momento, molerlo a golpes-matarlo por completo
sin tener que rendirle cuentas a nadie.
Un hombre judío
un hombre-progom
un perro de caza
un pordiosero.
Pero, ¿es que puede uno matar el remordimiento, bello
como la cara de sorpresa de una dama inglesa al encontrar
en su sopa un cráneo de hotentote?
Yo reencontraría el secreto de las grandes comunicaciones
y de las grandes combustiones. Diría tempestad, diría río.
Diría ciclón. .Diría hoja. Diría árbol, mejorarían todas las
lluvias, me humedecerían todos los rocíos.
Me revolcaría como sangre frenética sobre la lenta corriente
del ojo de las palabras,
en caballos locos, en niños tiernos, en toques de queda en vestigios
de templo, en piedras preciosas, lo bastante lejos como para
descorazonar a los menores.
Quien no me comprenda no comprenderá el rugido del tigre
Es mío
un hombre solo preso de blancura
un hombre solo que desafía los gritos de la muerte blanca
(TOUSSAINT,TOUSSAINT L'OUVERTURE)
un hombre solo que fascina al gavilán blanco de la muerte blanca
un hombre solo en la mar infecunda de la arena blanca
es un viejecito que se eleva contra las aguas del cielo.
La muerte describe un círculo brillante encima de este hombre
la muerte brilla dulcemente sobre su cabeza
la muerte sopla en la caña madura de sus brazos
la muerte galopa en la prisión como un caballo blanco
la muerte luce en la sombra como los ojos de los gatos
la muerte hipa como el agua bajo las rocas
la muerte es un pájaro herido
la muerte decrece
la muerte vacila
la muerte es un patyura sombrío
la muerte expira en una blanca balsa de silencio.
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Y yo busco para mi país no corazones de dátil, sino corazones de hombre que, para entrar en las ciudades de plata por la gran puerta trapezoidal, golpeen la sangre viril, y mis ojos barren mis kilómetros cuadrados de tierra paternal y enumero las llagas con una especie de júbilo y las hacino una sobre otra como raras especies, y mi cuenta se alarga siempre con imprevistas acuñaciones de la bajeza.
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El negrero cruje por todas partes… Su vientre se convulsiona y resuena… La horrible tenia de su cargamento roe los intestinos fétidos del extraño niño de pecho de los mares.
Y ni el júbilo de las velas hinchadas como un abultado bolso de doblones, ni las jugarretas hechas a la tontería peligrosa de las fragatas policíacas le impiden oír la amenaza de sus gruñidos intestinos.
En vano para olvidarse de ello el capitán cuelga en su palo mayor el negro más gritón, o lo echa al mar, o lo entrega al apetito de sus molosos.
La negrería que huele a cebolla frita vuelve a encontrar en su sangre derramada el sabor amargo de la libertad
Y está de pie la negrería
La negrería sentada
inesperadamente de pie
de pie en la cala
de pie en los camarotes
de pie en el puente
de pie en el viento
de pie al sol
de pie en la sangre
de pie
y
libre
de pie y no como una pobre loca en su libertad y su indigencia marítimas girando en la deriva perfecta y aquí está:
más inesperadamente de pie
de pie en los cordajes
de pie ante el timón
de pie ante la brújula
de pie ante el mapa
de pie bajo las estrellas
de pie
y
libre
(Fuente de la traducción www.festivaldepoesiademedellin.org : sitio del Festival internacional de poesía de Medellín)
Francis Combes
Lágrimas en venta
Cada día,
se venden lágrimas en la esquinas;
(es un comercio floreciente)
en cada esquina
en nuestras ciudades se venden
lágrimas de humor vítreo
lágrimas de cristal
lágrimas de cocodrilo
lágrimas escogidas sobre los postigos
lágrimas televisivas
lágrimas humanitarias
lágrimas higiénicas
lágrimas en frascos
recomendadas para purgarse
de la desgracia de los otros.
A cada uno su lágrima
su pequeña lágrima
eso no compromete a nada
no cuesta caro
y hace mucho bien.
Eso limpia
los conductos obstruidos del corazón.
En ciertas vitrinas
usted puede adquirir
engastadas en medallones
ámbar salado
reflejo de perla
por dentro
con chispa de bermellón
una gota de sangre.
Es muy chic
muy elegante
pueden llevarlas como dijes
o como broche sobre el vestido de seda.
(es particularmente apropiado
si usted sale
para una cena en la ciudad).
Ya, el linyera del Puente de l’Alma
tiene agua hasta la cintura.
y no sabemos hasta donde esto va a continuar…
Cuántos pueblos
que sólo tienen sus ojos para llorar
corren peligro de perecer ahogados
en la creciente de los buenos sentimientos ?
(traducción Myriam Montoya)
Catherine Jarrett
Desnuda mi madre
Desnuda mi madre en el camino
Crispando dedos
sin soltarlos
a derecha a izquierda
Desnuda mi madre cabellos estirados
Perdiéndose en una mirada
Nariz rota
sobre el único farol de la noche
Desnuda mi madre
Abandonada por el mensajero blanco
En el susto donde
jamás
habría soportado estar
Desnuda mi madre
tartamudeando en el espacio
Desnuda mi madre en la bronca
en la pregunta
en el deseo de fuga
su amanecer
su paseo
su crepúsculo
eternos
Retomados en un dibujo sobre el tapiz bordado
con muerte en los colores
fijos
Desnuda mi madre en la confusión
Buscando sentidos
respuesta
dulzura
en el camino de lo inmóvil
Desnuda mi madre
Testaruda como mula en el prado
La idea se muere
La idea renace
Coma liviano
Desnuda mi madre en este camino
Ávida
de retener
el movimiento mismo
Ruido de hierbas ruido de páginas
rozadas
Desnuda mi madre
yendo hasta el final
El final
un punto un resplandor
Desnuda mi madre
punto de memoria
(Traducción José Muchnik)
José Muchnik
(poemas extraídos de: “Crítica poética de la razón matemática” (inédito)
Carácter idéntico
Si amor igual amor
naranja igual naranja
martillo igual martillo
costilla igual costilla
si cada cosa
cada luna
cada signo
iguales a si mismos
¿Cuántas palmeras caerán asfixiadas esperando una brisa entre las rejas?
Si cada palabra igual a sí misma
¿Cuántos poemas morirán embalsamados clamando luz para sus versos?
¡Invertir igualdades!
¡Perforar apariencias!
¡Descoser lenguajes!
Amor igual costilla
naranja igual luna
martillo igual eco
¿Y el eco ?
¿besará luna nueva?
¿quebrará costilla lejana ?
¿probará tentaciones naranja?
Nada ni nadie es igual a sí mismo
ni números ni barajas
ni violines ni tambores
ni poetas ni manzanas
Los pecadores convertiremos todo
tambores en manzanas
números en violines
poetas en barajas
Nos quedarán en sueño
igualdades ensortijadas
Alcanza
igual alcanza.
Carácter recíproco
Si b igual c
c nunca igual b
Nada es recíproco
Si lluvia igual vida
Si pájaro igual ternura
Si cuchillo igual odio
No hay camino de regreso
El odio no vuelve al cuchillo
Ni el pájaro a su vuelo
Ni la vida a los caídos
Nada recíproco
todo asimétrico
Mi rostro en el espejo
no es mi rostro
Esa mirada fugitiva
no refleja mis pupilas
Esos labios estuche
no abrigan mi vos
Esas arrugas cuerina
traducen a otros dolores
Mi mano en el lago
no es mi mano
Ni sé dónde se hunde
ni porqué se moja
si busca un deseo
un abanico mariposa
o sueños embarrados
en el fondo del cauce
La llave en el ojo
no es mi llave
ni es mi ojo
Nada recíproco
todo asimétrico
Excepciones existen
creo en milagros
Cuando miradas igual amor
vidas vuelven a sus cuencas
Paralelas y perpendiculares
Paralelas
¿Se tocarán en un punto?
¿se curvarán sobre el pene de Júpiter?
¿estallarán en la vulva de Afrodita?
¿Viajar hasta el infinito?
¿interrogar al rey desnudo?
¿abrir horizontes prohibidos?
¡Inútil!
¡El infinito acampó en la ciudad!
Entre bolsas índices códigos
entre cables teclados ratones
auriculares labios soledades
¡Infinitas líneas paralelas!
Enredaderas virtuales
entre balcones castrados
se balancean sin rozarse
¡Infinitos mundos burbuja!
Corazones espumantes
buscando su embriaguez
latiendo en anónimas arterias
¡Infinitas manos esperando!
La lectura de sus líneas
la tibieza semejante
bendecir odres de luz
Aquí y ahora: calles, fábricas, escuelas, hospitales, laboratorios, cárceles, prostíbulos, ministerios, islas de la tentación, campeonatos de todo tipo… Infinitos mundos de todas edades, de todos los números, de todas densidades: una mano sola, dos nostalgias secas, siete espadas colgadas… truco, retruco, juegos no se tocan… ¡Noooo va maaaaaas! … y sin embargo sigue yendo, siguen llorando, el niño en su patio, la anciana en su geriátrico, la prostituta en su cuarto…Infinitos mundos paralelos burbujeando.
¿Y las perpendiculares?
Cuatro salmos fúnebres a noventa grados determinan un cementerio. En el rectángulo santo se reúnen los muertos, bromean sobre vivos en órbita, sus vanidades en popa, sus egoísmos erectos, sus tiempos cuarteados. Imaginan filosofías de salida: coimear cancerberos, milongas celestiales, borrar fronteras. Piden más vida en la muerte, sangre a borbotones, instantes incandescentes que iluminen la negra estadía. Piden más muerte en vida, huesos mensajeros en navíos efímeros, revelando el sentido de pulsos en tránsito.
Hipótesis: paralelas y perpendiculares no existen, son sólo ilusiones de miradas planas.
Demostración: una tormenta de perpendiculares destroza infinitas burbujas… las líneas enloquecen, cruzan la frontera, se dan cuenta del otro lado que vida y locura cambiaron de signo, ahora las paralelas se tocan… danzan… se alejan tomadas de la mano.