(Lei Disse) Venti poesie di Rosa Alice Branco. Edición Especial Faenza. 2012.
“(Ella dice) Veinte poesías”
Esta obra ha sido traducida por Valeria Tocco, distinguida con el premio “Jacopo Allegretti”, haciendo alusión al poeta nacido en el siglo XIV que fundó la primera Academia de Literatura Italiana.
Rosa Alice Branco ha nacido en 1950 en Aveiro, Portugal. Poetisa, ensayista, traductora e investigadora ha estudiado en Oporto y se doctoró en filosofía, en Lisbona, con una tesis sobre La Teoría de la percepción. Ha participados de estudios posteriores ampliando sus conocimientos y en la actualidad enseña Piscología de las Percepciones en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Matoshinos.
Esta poetisa que logra hacer visible el lado escondido de la realidad, acude con mérito de orfebre a recursos estilísticos por los que la palabra puede habitar de modo sensible el espacio sensorial como así también el dolor cotidiano de la muerte o ese otro espacio difícil de lograr que es el humor.
Así, el sentido de la vida se alterna con la risa o las cosas habituales de cada día. Pero nada es casual, su técnica es de una limpieza constructiva transparente, maneja todas las sensaciones por medio de figuras retóricas como la sinestesia, la sustitución o la paronomasia, logrando los siguientes poemas:
Arte Poetica
Mi piacerebbe iniziare con una domanda
oppure con il sempleci fatto
che le rose che si vedono da qui
entrano nella poesía.
Cos’é allora una poesia?
un tessutto di orifizi da cui entra il corpo
seduto a tavola el il modo
con le rose mi sbriciano dalla finestra?
Fuori un giardiniere lavora,
un bimbo corre, una goccia di rugiada
é appena evaporata e l’umiditá dell’aria
non entra nella poesía.
Domani sará appassita quella rosa:
potrá scegliere l’epitaffio, la mano che la seppellisca
e poi entrare in un’aiuola della poesía,
mentre un bocciolo si dischiude in verso libero
lá fuori dove pulsa il rumore del giorno.
Cosa sono le rose dentro e fuori
la poesía? dove sono io nel verso in cui
il bambino s’é buttato a terra stanco di correre?
ed é l’ora di pranzo del giardiniere!
como si fosse indiferente che la goccia di rugiada
sia entrata o meno della poesía.
Rosa Alice Branco dispone en este poema de un trabajo que dedica a la observación, medita las circunstancias donde apoya su averiguación sobre el “instante” en el que “apresa” de modo súbito la aparición de una imagen que no es antojadiza sino que es el fruto de secuencias de pensamiento poético.
Se toma el tiempo para ir de lo lírico insondable a lo cotidiano casual (el jardinero, su labor y su hora de almuerzo) introduciéndolo como al paso, en un discurso dónde aparece el problema de un arte poética que llegue a indicar cómo hace la poesía para ser descubierta o cómo hace el poeta para advertirla. Por dónde entra ella (la poesía) o por dónde se entra a ella a partir de la rosa. Mientras ésta, que por contingencia natural morirá y pasará a los numerosos recintos en los que se convierte en la voz de los poetas que acuden a lo efímero como metáfora, digo mientras otros trabajan en ello, R.A.B. nos pone en contacto con un botón desnudo que anuncia desencorsetar la escritura, el verso libre como libre es el trayecto que supone la captación del momento epifánico Pero hay otro problema, cómo puede “la humedad del aire entrar en el poema” “qué cosa es la poesía, un tejido de orificios donde entra el cuerpo? o una gota de rocío que está apenas evaporada en la humedad del aire” Cómo el arte poética debe recoger las percepciones, hacerlas tangibles y lograr el poema. Preocupación fundante en este texto en el que acertadamente comienza con una pregunta diciéndonos: “Me gustaría comenzar con una pregunta/o con el simple hecho que las rosas que ven aquí/ entran en la poesia. Qué cosa es la poesía?
El cuerpo, las vísceras, la carne rasgada, la muerte, todo está involucrado en su escritura y la del “otro”, ese otro que deviene uno mismo, por lo que dice “Un órgano, un sentimento, una riga in verso: tutto si confonde in un solo corpo” para asegurar al final que la escritura es una línea de la lengua sobre la piel y el riesgo de que los días sean solamente bellos. Página ilegible. Manchada de la pulpa de las cerezas. Sudada hasta la última letra. El primer gemido (que de ellas quema) sobre la almohada de la mañana siguiente”. Todo el cuerpo metido a letra, y toda letra puesta en el cuerpo como lo hace también en el poema “In un giorno di inverno”:
Il macellaio é morto. Ha lasciato la moglie, / due figlie e carne fresca stesa come biancheria / sul filo. (…) Cosi fresco! Il macellaio / sará sepolto dopo pranzo. Ora giace nella camera ardente / con il viso scoperto alla familia e ai curiosi. Il /macellaio é morto stanco, ma ora sta fresco: é stato abbattuto ieri, sará impacchettato alle quatro del pomeriggio”.
El humor podríamos decir –negro- pero tratado con una agilidad que suscita una visión del contexto que mueve a ironía, no es un recurso fácil, por el contrario, para que resuene en su profunda confrontación entre textos donde hay búsqueda de belleza escondida “Tromp l’oeil” y otros, como el anterior en que la crudeza y la realidad viva y desnuda suscita una sorpresa; en ésa dinámica está emplazado el arte de Branco, es como un péndulo que abarca inexorable toda cuestión humana. Como el cuerpo es el único material humano que recibe y traduce todo el ánimo, la insatisfacción, el dolor, su propia terminación tratando de aceptarla -en el caso del poeta- como entrega al arte de la escritura, modo de atenuar el acabamiento de la vida o bien desde el filoso golpe de imagen que tiene como recurso, conforma este libro que con sinceridad, considero exquisito y brutal como la vida.
ANA RUSSO
“Molteplice Creatura” Quindice Poesie di Maria Beneyto. Traduzzioni di Marta Rota, edición 2013.
Tres mujeres de trayectoria destacada participan de este libro que bajo el título Criatura Múltiple, reúne una selección de poemas de distintos libros publicados por la autora, María Beneyto. La traductora Marta Rota ha tenido el mérito de respetar, en estos quince poemas la métrica de los originales, sin distorsionar el ritmo y, sobretodo, el contenido. Esto lo afirma Gloria Bazzocchi autora del prólogo en el que vuelca de modo claro, cronológico y ahondado las particularidades y circunstancias de cada momento escritural de M.B., asimismo detalla con precisión la construcción y sobre todo la idea que como hilo conductor ha impuesto a sus textos la poeta. Sólo a tener en cuenta Gloria Bazzocchi es profesora de lengua española en la Vicepresidencia de la Escuela de Lengua y Literatura, Tracucción e Interpretación del Alma Mater Studiorum de Bologna, con sede en Forli, además de contar un vasto curriculum. Pero pasemos a María Beneyto: nació en Valencia en 1925. Es una poeta de las más interesantes del panorama literario español. Falleció en 2011 por lo que esta antología es un homenaje a su cuidada escritura aunque –como pasa en muchos casos- es poco conocida en el público italiano. La edición está impresa en español y en italiano y precedida por un agradecimiento que la poeta dedica a sus padres por haberla incentivado y sostenido y haberle hecho una regalo tan bello como la dos lenguas que dominó: el valenciano natal y la lengua castellana que aprendió en Madrid.
La prologuista habla de “La Beneyto” y sabemos sobradamente que cuando se le antepone a un nombre el artículo La como posición de singularidad de la persona es porque realmente esta mujer –que atravesó la guerra civil española siendo adolescente- ha marcado con su poética, femenina, un trayecto que la ha hecho bien destacada en su país. A partir de 1947 publica su primera obra “Canción olvidada” de allí en más hasta donde cierra la selección presente –año 2006- una sucesión de ediciones la han consagrado como una incansable trabajadora. Autodidacta y comprometida con la España de aquellos días, pero fundamentalmente, deshaciendo entre los versos los enormes dolores que involucra la etapa de la dictadura de Franco.
Es autobiográfica a en todo el recorrido de este conjunto, animado por los recuerdos de infancia como lo hace en Seis Hermanos, cuando pudo saber precozmente de la muerte de tres hermanos y convirtiéndose ella en casi la madre diciendo: “…soy para siempre la canción pequeña, / un calor en la carne del recuerdo, /una lágrima-hembra colectiva (…) los niños callan, sorben su silencio, / sus sombras diminutas. Y los hombres…Los hombres enmudecen. Y me miran”.
La podemos oír en el último poema representando la voz de muchas mujeres que juntas hablan por su boca. Ella es la suma de las once mujeres que con ella murieron? Es ella misma once veces repartida en el dolor? La incertidumbre queda sin explicación pero el poema alude claramente a condición de mujer ante un mundo machista. El poema pertenece al libro titulado “Eva en el laberinto”, 2006
Diez veces siete y una más
Diez veces siete y una más. Ya sabes:
setenta y siete cabriolas, once
mujeres de cristal que se rompieron
en mi, y en mi quedan enterradas,
calcinadas algunas, otras libres
de escogerse al final. Yo, soportándolas,
muriéndome con ellas, como ellas
se morirían conmigo. Once mujeres
en donde estoy, salen a escena juntas
se despiden de mi con reverencias
teatrales, y acusan al misterio
de tenerlas con fuerza encadenadas
las unas a las otras. Yo renuncio
en su favor, a lo que me negasteis.
Ellas serán, así, mis sustitutas,
soportarán mejor el menosprecio,
y hasta quizá pondrán la otra mejilla
a vuestras manos sucias. No me importa
esa puesta en escena. Me despido
en voz baja o afónica, en la esquina
de la pena, con todos mis errores
alrededor. Que dios os dé la vida
que mereceís, y a mí me dé el descanso
de no pertenecer a vuestro mundo
brutal, machista, hipócrita y cobarde.
Once mujeres os dirán que lloro
perdón y amor aún. y, genuflexas,
esperarán que me aplaudáis la huída.
Ella misma se hace testigo de aquellos humildes y marginados que han pedido su voz para continuar gritando.
Refiriéndose al amor cita en Isla, texto de “Poemas en la ciudad” 1956: “Isla de carne en la ciudad/me muevo. Y voy de mi a la vida, / siempre isla / siempre de amor intacto que ni el día sospecha / siempre con la ternura, como un fruto, cuajada/con gravidez y peso dolorido de áncora / en el recodo urbano de mi geografía. /Isla, si, / isla siempre”
Bazzocchi bien dice en su prólogo que la voz, el canto y la poesía son como instrumentos para sobrevivir a la oscuridad.
La franca habilidad de expresión no decae cuando elige la métrica cuyas reglas son precisas y entonces hallamos una composición en alejandrinos que data de 1947, es decir de su primer libro, titulada La Sombra que voy a transcribirla en español y en italiano para que se advierta el trabajo de traducción impecable de estos versos en los que Marta Rota ha respetado los hemistiquios al pie de la letra en tanto y en cuanto le permite su profesionalismo en el tema teniendo en cuenta los versos pareados. Por capricho de quien suscribe este comentario concluyo con el primer texto del poemario antológico, solamente para reafirmar que en la simiente ya se puede advertir el decurso de una gran poeta.
La sombra
Me ha venido siguiendo, elástica y flexible
por todos los caminos donde está lo imposible.
Detrás de mis pisadas, el guardián agorero
proyecta su negrura por el triste sendero.
Algunas veces pienso. ¡Me acompaña o me acecha?
¡De qué oscura sustancia de la noche está hecha?
¡Lleva en sí, confundidos, los gestos taciturnos,
los silencios vacíos, los terrores nocturnos?
¡Es un cuervo grotesco que copia mi figura
bebiéndome en los lagos de mi propia amargura…?
La sombra, oscuro espía que me envía la muerte
en toda encrucijada su presencia me advierte.
L’Ombra
Da sempre alle mie spalle, elástica e flessibile
lungo i sentieri in cui risiede l’impossibile.
Guardian del malaugurio, insiguendo I miei passi
la sua nerezza allunga sulla strada di sassi.
Alcune volte pensó: Mi accompagna o mi bracca?
Quale oscura sostanza della notte la placca?
In lei porta, confusi, i gesti taciturni,
I vuoti del silenzio, i terrori notturni?
Ë quel corvo grottesco che al mio aspetto si attiene
Bevendomi nei laghi della mie stesse pene…?
Ma l’ombra, oscura spia che mi porta alla morte
Ad ogni crocevia anuncia la mia sorte.
“Ho perso il titolo. Claudia Bartolotti. Collana di poesía Il Liocorno. Bastogi Editrice Italiana, Foggia, italia. 2008. (“Perdí el título”)
En este caso vamos a hablar de un libro de cuyas poesías se pueden leer en italiano y en portugués. Claudia Bartolotti es nacida en Forli, Italia y es traducida por Anabella Ferreira, nacida en Lisboa y docente de la cátedra de Literatura Extranjera Moderna de la Universidad de Bologna, es miembro de destacadas instituciones dedicadas a lo cultural y a lo lingüístico. En el mejor sentido conque se puede calificar la respeto por el autor del libro, esta Nota de la Traductora se encuentra al final de la obra cuando por regla general se podría tratar de un prólogo como habitualmente se hace. Pero la determinación de la edición ha sido permitir que los poemas hablen y luego dejar que el traductor puntual y preciso haga su aparición con su texto interpretativo luego de que nos hayamos inmerso en el mundo poético de Bartolotti que es francamente apasionante.
Es realmente cierto cuando dice que “(…) de la lengua de Bartolotti se puede ver el corazón de quien quiere decir como piensa” y cita a Virgilio Ferreira escritor portugués (1916-1996) quien afirmaba:“Una lingua é il luogho da dove si vede il Mondo en el quale si traccinao i limiti del nostro pensare e sentiré. Dalla mia lingua si vede el mare. Dalla mia lingua si sente il suo rumore, como da quella degli altri si sentirá quello della foresta o quello del silenzio del deserto. Perció la voce del mare é stata lo nostra inquietudine” Si, esto revela la verdadera voz del poeta quien está trabajando de modo permanente con lo que le rodea, con lo que le inquieta, con los estremecimientos. El poeta no puede fingir, debe ser una voz auténtica y reveladora de su ánimo y de su entorno. Continente y contingente.
Bertolotti trata a la palabra como a un cuerpo, como a un animal sujeto al desafío de la vida, como a un objeto de amor o tal vez de destrucción. Le da entidad de ser vivo. Por esto la leemos diciéndonos de ella:
Parece pasar palabra
el árbol con sus bisbiseos
y los ojos mirando
atontados a la luna
parecen comunicarse
por cuál maldición
se sacrificó el ser
para aparecer?
O
La palabra convencida de ser cuerpo
en un vestido
se desnudó tirando la túnica
y no se da cuenta
de tirar la propia vida.
O
Sea el ala del ángel
a cubrir los cadáveres de las palabras
cay la pluma te cosquillee la fantasía
para crear una imagen
un movimiento para decirle a los otros
porqué el calor de darte
ha matado la palabra.
Otros temas son abordados con notable talento y entonces aparecen imágenes de límpida construcción como cuando habla de Cassandra diciendo:
Cassandra lo sente, lo sa, che il vento
É un amante impetuoso, arco gitano,
Ti penetra dentro fino al pensiero,
Con i suoi mutamenti graffia la mente
Susurra racconti e dona le voci
Di algidi sogni del dopo a venire.
La poeta dice que el viento le da la voz a Cassandra para augurar el porvenir, pero en el mito, Apolo quien luego de un encuentro carnal, le concede el don de la adivinación del arcano, le escupe en la boca en venganza de que ella rechaza el amor con el dios y por lo tanto puede ver lo por venir pero nadie creería sus profecías. Cassandra pierde su título de mujer oracular y queda confinada a la locura y la incomprensión.
Entre estas dos instancias del poema se suceden imágenes en las que se puede advertir la historia de la Guerra de Troya, el desengaño del amor, la muerte y el tiempo. Pero en el decurso del texto hay versos atrapan la atención en tanto y en cuanto la autora asegura que ha perdido el título, en primera persona del singular, es decir yo perdí el título, y al haberlo dejado al azar para que cada lector le imprima dentro suyo el título que desee, quien suscribe este comentario se ha detenido en esos versos que se anuncian más arriba y en la voz de Cassandra dicen:
Cassandra vede l’inganno dell’ uomo
(…)
E vede i lempo perso per battere
L’ora e il minuto perso per calpestare
(…)
Cassandra grida con tone di vento
Diventa soffio all’orecchio degli altri
Ma le sue storie eson bruma fuggente.
La palabra pierde el cuerpo; Cassandra ve el tiempo perdido y pierde su don; en Salomé los velos que van cayendo la tornan vacía, privada de imágenes; en Farfalla existe el riesgo de perder la identidad; herramientas perdidas para tallar palabras perdidas o en el momento en que olvida un nombre y un perro ladra se vuelve a perder la oportunidad de busca ese nombre.
Los poemas están trabajados desde la sonoridad imponiéndoles aliteraciones significativas que hacen a un sonido que reiterado- carga aún más de sentido y emoción la armonía de su composición.
No hay explicación para “Ho Perso Il Títolo” como nombre de la obra ya que ausente de si mismo permite una libertad de acción tal que la misma obra pueda tener numerosos títulos según surjan de su lectura. Lo cierto es que si cuantiosos son los nombres conque se bautice una obra, así también son –al decir de Bartolotti- las estrellas que están en el cielo y que solamente un poeta se pondría a contarlas. En el cierre de la edición asegura que podrían ser billones contra el corazón del poeta. Y el poeta desaparece. Es decir, se pierde se desvanece en su afán de contarlas y por extensión en su afán de seguir creando imágenes que sostengan su oficio. Un libro difícil de olvidar, o de perder.