RADKA FALK naciό el 04.03. de 1951, en la ciudad de Sliven, Bulgaria. Terminό la filología rusa en la Universidad de Veliko Tarnovo.
Hay tres poemarios y un libro en prosa. Su segundo libro, ¨Por un puente de palmas¨, es bilingue – en bulgaro y español, traducido por el traductor mexicano Reynol Pérez Vázquez.
Su tercer libro se publicό en tres lenguas: búlgaro, español e inglés, por los traductores Cristina Atanasova y Bogdan Atanasov de Bulgaria y de Reynol Pérez Vázquez.
Ganadora de concursos nacionales. Más de 14 años trabaja y vive en la ciudad de Los Angeles, EEUU.
Bulgaria
Estoy plantando flores
y así, doblada,
siento el peso del cielo.
Me levanto lentamente,
tiendo mis manos, alzo las nubes.
Ellas absorben el aroma de las flores
y de la tierra.
Así me convierto en ligadura
entre La Tierra
y El Cielo
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Está lloviendo.
El mar me espera.
Me derramo con el agua…
Mi chal solitario se queda
en la habitación,
abrazando solo los hombros
del sofá.
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Si comienza una guerra,
en cualquier parte del mundo,
cada uno de nosotros
sería herido.
Ángeles negros cubrirán el cielo,
y vagarán por el vacío.
Pozos negros cavan
las tumbas
y hieren la tierra.
* * *
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Mis labios besan el vidrio,
que me acerca al sueño invernal
de los árboles.
* * *
Cuando Lora comenzó a cantar –
su voz se convertiό en una parte
del árbol
de la colina
que estaba enfrente,
una parte de la nube
volando encima de ella.
Y todos juntos se reunimos
con el Universo.
* * *
Estamos hablando con mi nieto
por Skype.
-¿Quieres que te regale un libro? –
pregunta.
Acentúa sobre la letra ¨l¨.
- ¿Cuál es el libro? – pregunto.
- Una biblia para niños.
Tengo que aprender muchas cosas
todavía.
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Un pájaro se encaramó sobre la ventana.
Dio una mirada por uno de sus ojos,
después - por el otro.
Y se alejó volando.
Pensé que el Facebook universal
me mandó una invitación
de amistad.
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Era un día de verano.
Al lado del camino blanqueaban
campos de algodón.
El sendero luminoso me llevó
hasta un claro
cubierto de flores azules.
Como si el cielo hubiera sembrado
las semillas con la lluvia.
Y piedras extrañas de negro y de oro
brillaban como pedazos de estrella caída.
Llegué hasta un barranco de árboles.
Me ericé de lo que vi:
De una rama colgaba un perro ahorcado.
Me vi corriendo hacia atrás.
Por el campo y por el tiempo...
Y corro todavía ...
Delante de la casa había una inscripción:
“Se vende.”
La muchacha dijo:
- Esta casa tiene dos puestas.
Sentados en la terraza, vemos
cómo el sol se esconde lentamente
detrás del horizonte.
Después subimos la colina
y contemplamos la puesta de nuevo.
El tiempo pasa.
No sé quien logró comprar la casa
de las dos puestas de sol.