Buitres
fue mucho más que un grito
más que una nube muerta
buscando el sol disuelto en el asfalto
mucho más que el mutismo
fue el miedo
la sospecha
un vértigo de náusea clavándose en la noche
más que la piel rasgada con uñas virulentas
la mirada impiadosa
el abuso en el gesto
la vergüenza sumergida en la tragedia
fue mucho más que un grito
que laceraba el aire
fueron miles de buitres en abierta disputa sobre el músculo fresco
fue un festín pavoroso de herejes
ignorando la súplica
del ángel.
Desde la tinta
me devora el poema
muerde lentamente los tejidos
las palabras pretenden dibujar el contorno
competir con la mano que investiga
se ramifica
el deseo
hasta en los huesos
la ropa queda a un lado
testimonio de un pretérito
imperfecto
puedo viajar por el pasaje donde la luz niega el secreto
recorrer huecos y aristas
sin hartarme
y hasta podría simular la entrega
inventar algo distinto
si fuera necesario
una mentira.
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